15 años de cárcel para la esteticista y su hija, acusadas de regentear un prostíbulo

Se avecina el juicio. El fiscal Juan Manuel Gálvez pidió la audiencia de control de acusación. La esteticista Patricia Coria y su hija ya se preparan, como primer paso cambiaron de defensor.

El fiscal Juan Manuel Gálvez entró en la recta final de la causa por el presunto prostíbulo que funcionaba en la estética y casa de masajes “Eros For Men” en el centro sanjuanino. Solicitó formalmente la audiencia de control de acusación con miras al juicio y adelantó que va a pedir una dura condena para la dueña del local y su hija: 15 años de cárcel.

Patricia Coria y su hija Natalia Pablo ya se están preparando para lo que se les viene. Un primer paso fue echar a su defensora inicial, la abogada Maria Filomena Noriega. En su reemplazo contrataron a otro penalista, el letrado Leonardo Villalba. La acusación contra ambas es por presunta promoción y facilitación de la prostitución, pero además el fiscal incluyó otros agravantes, como el supuesto abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción.

El fiscal. Juan Manuel Gálvez es el fiscal que investiga a Patricia Coria y a su hija Natalia Pablo.

El fiscal. Juan Manuel Gálvez es el fiscal que investiga a Patricia Coria y a su hija Natalia Pablo.

El fiscal Gálvez realizó en los últimos días el pedido de control de acusación al juez de garantías Andrés Abelín Cottonario, quien en los próximos días fijara la audiencia para dar inicio a la etapa final del proceso penal. Coria y Pablo son las únicas acusadas de regentear y sacar réditos económicos de un grupo de jóvenes que supuestamente ofrecían sexo a cambio de dinero dentro de la estética.

La acusación contra ambas es por presunta promoción y facilitación de la prostitución, pero además le sumó un agravante.

La prueba principal es el testimonio de la joven empleada de la estética que las denunció en mayo pasado por supuesta explotación sexual. La chica dio muchos detalles de cómo se trabajaba ahí, el manejo que tenían Coria y Pablo, los supuestos servicios que ofrecían y las tarifas. Otras mujeres respaldaron sus dichos y reconocieron que, además de dar masajes, las dueñas les proponían que tuvieran sexo con sus clientes a cambio de dinero.

En la investigación también recolectaron la lista de clientes y el registro de los pagos que realizaban algunas personas por dichos servicios, que no eran por simple sesiones de masajes. Coria negó las imputaciones, pero disparó indirectas para meter presión, como esa referencia de que tuvo como clientes a “gente de la Corte”.

 

 

 

 

 

FUENTE: Tiempo de San Juan

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