Cristina a Alberto: «Usá la lapicera»

Luego de tres meses sin aparecer juntos en público, Alberto Fernández y Cristina Kirchner volvieron a compartir un escenario.

La participación de ambos integrantes de la fórmula ganadora en 2019 llenó de expectativas a la militancia y a los medios, especialmente por lo que pudiera decir Cristina Kirchner, y como “trataría” al presidente.

Cristina comenzó recordando la instalación de Tecnópolis, sede del acto, la negativa de Macri como Jefe de gobierno porteño a otorgarle un espacio dentro de la Capital Federal por dos semanas, y la decisión posterior del gobierno nacional de hacer la muestra permanente.

Fue la primera referencia a que “ante la adversidad, pecho, coraje”.

La frase, que vino acompañada de muchas en el mismo sentido, parecía responder a declaraciones de Fernández, subrayadas más tarde por la vocera presidencial Gabriela Cerrutti, en cuanto a que “el gobierno no cree que haya que dar batallas perdidas”.

Otra mención similar tuvo que ver con la propia creación de la petrolera. “Irigoyen estuvo esperando 3 años que le aprueben la ley. ¿Qué hizo entonces? Decreto”, disparó.

Cristina repasó en detalle el proceso de nacionalización de la petrolera que se dio durante su gobierno, en el año 2012, y los ataques que sufrió por parte de medios de derecha, como La Nación o Clarín: “No me quejo, no me quejo. Son los riesgos”, apuntó. “Tenemos que entender que las decisiones que responden a los interesas de las mayorías encuentran críticas, escollos y zancadillas”, consideró, pero advirtió: “Es indescriptible la sensación y los sentimientos, cuando uno siente que cumplió con un deber, y yo siento que cumplí con el deber de devolverle a los argentinos YPF, Vaca Muerta, y todo su inmenso potencial”.

En otro pasaje, claramente Cristina le habló a Martin Guzmán, que se encontraba entre el auditorio. Hay tirria kirchnerista por la manera en que el ministro de Economía administra los dólares de las reservas, de las que se perdieron los 25.000 millones que se habían generado por el superávit comercial producto de la pandemia. Ese dinero, se fue, en gran parte, por la habilitación de la una maniobra a grandes empresas para girar divisas y pagar prestamos back to back (a casas matrices), o stockearse a través del adelanto de importaciones.

“No nos vamos a salvar porque tengamos 33.000 millones de dólares de Vaca Muerta, porque si no cuidamos los dólares, o tenemos festival de importaciones…”, dejó picando.

Luego retomó el mensaje por elevación al Presidente que no quiere pelear “batallas perdidas”, al recordar que “gobernar es administrar tensiones”.

En un claro reclamo de una política de shock para los ingresos, puntualizó que “al haber aumento de salarios hay tensiones inflacionarias, pero gobernar es administrar esas tensiones. El que quiera gobernar sin tensiones que se postule a la presidencia de Suiza. En Argentina, salvo en los cementerios, hay tensiones y conflictos”.

Finalmente, y ya sin elipsis, le pidió a Alberto: “Usa la lapicera”. Cristina se refería a la relación entre el Ejecutivo y las grandes empresas, como Techint, que viene presionando para que el Estado le habilite 200 millones de dólares para comprar la chapa laminada destinada a los caños del gasoducto Néstor Kirchner, cuando en su último balance presentó ganancias netas de 1.000 millones de dólares.

Esta operación está demorando el lanzamiento de la obra. El tema es que Techint se lo compra a sí misma, mediante una empresa de su grupo instalada en Brasil.

“Que traigan la línea de producción de la chapa laminada a Argentina. Tiene que devolver algo de lo mucho que han ganado en nuestro país. En 2021 triplicaron sus balances respecto del 2020. Si los preferimos antes que a otros competidores extranjeros, que traigan la producción a la Argentina”, reclamó.

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