Esa disputa parece que se trasladó a la calle y la otra semana hubo algunos aprietes de los familiares de unos contra los parientes de los otros, explicó un vocero. De ahí viene la bronca, que estalló el domingo último después del horario de visita. El bando de los Díaz y Reyes, que sumaban más de 20 internos fueron a tomar revancha contra el grupo de los Moreno, explicaron las fuentes.
La versión fue que esperaron que los celadores se distrajeran, cerraron un portón y los dejaron aislados del corredor y las escaleras que comunica al pabellón 11 con el 12. Fue así que llegaron al primer piso y hasta la puerta de este último pabellón y se desató la gresca.
Se tiraron golpes piñas y patadas con las rejas de por medio, también otros objetos y cascotazos, señalaron. No pudieron romper el candado del portón y entrar; caso contrario, hubiese sido una masacre. En esos minutos llegaron los grupos antimotines de penitenciarios y logró hace replegar al grupo de los Díaz y Reyes.
Para algunos fue una reyerta más, pero lo cierto es que el revuelo fue grande y los dos bandos juraron volverse a ver. Fuentes oficiales indicaron que por el momento hay tranquilidad y dispusieron el traslado de algunos presos a otros sectores para descomprimir la situación.
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