Desde el comienzo, ambos aseguraron que se trataba de una venganza familiar por parte del padre de los menores que tenía bronca porque lo habían señalado por golpear a los adolescentes.
La Cámara Gesell a los chicos, demostró que ninguno tenía señales de haber sufrido ningún tipo de abuso y terminó por sobreseer a los trabajadores rurales. La investigación duró dos meses y el juez Matías Parrón determinó que la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia intervenga para resolver los problemas al interior de la familia.
Ni la madre, ni el hijo estuvieron detenidos durante los dos meses que duró la investigación.
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