La salud de Isabel II, tema de escrutinio durante el último año
El anuncio del delicado estado en que se encuentra la monarca de Reino Unido llega apenas una semana después de que sorprendiera el aviso de que, por primera vez en su reinado, no recibiría a la nueva primera ministra, Liz Truss, en el Palacio de Buckingham como marca el protocolo.
Isabel II aceptó la renuncia de Boris Johnson y luego encargó a Truss formar gobierno en su castillo en Escocia, precisamente porque por recomendación médica no era oportuno que se movilizara debido a los problemas de rodilla que sufre.
El miércoles, la reina debió retirarse de una reunión virtual del consejo privado, lo que también despertó sospechas sobre el real grado de los problemas que la aquejan.
La atención sobre la salud de Isabel II comenzó en octubre del año pasado cuando fue internada para un chequeo médico. Aunque en ese momento se informó que se encontraba bien, desde entonces la reina británica fue limitando su agenda.
Durante el Servicio de Acción de Gracias del Jubileo de Platino en la Catedral de St Paul no participó después de experimentar «incomodidad» el día anterior.
Y en julio, por primera vez en su reinado no abrió el período legislativo en el Parlamento, tarea que recayó en el príncipe Carlos, lo que fue visto por los analistas como el inicio de una transición progresiva en la corona de Reino Unido.
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