Santander relató que abrió las puertas de su casa para que revisaran todo, para que vieran que no tenía nada que ocultar. El policía se retiró, pero al rato volvió en un móvil Renault Duster de la comisaría. Su versión es que ahí adentro había otros dos policías, por eso vincularon a los agentes Jofré y Pérez. Según la denuncia, el cabo primero insultó y amenazó de nuevo al vendedor ambulante. Después lo tomó del brazo, lo subió a la patrulla y empezó a pegarle.
En su versión, señaló que lo golpearon camino a la comisaría. Más tarde le abrieron una causa contravencional y lo dejaron detenido hasta el otro día. Hubo testigos que vieron entrar al policía a la casa de Santander, además observaron cómo lo llevó por la fuerza y le pegó dentro del móvil, según testigos y la propia víctima. En el caso del agente Pérez, se corroboró que no estuvo en la villa. Y en relación al agente Jofré, nada acredita que él haya agredido al vendedor, según fuentes judiciales.
Pese a las sospechas y de la acusación que impulsaban los funcionarios de la UFI de Delitos Especiales, que a lo largo del juicio llevaron testigos que afirmaron que el uniformado ingresó al domicilio del vendedor cuando se preparaba para ir a trabajar, el magistrado entendió que no había pruebas suficientes para achacarle la comisión de un delito y lo absolvió.
Por la resolución judicial que también libró de sospechas a Jofré y Pérez, la sorpresa no fue tanta ya que la misma fiscalía había desistido de la acusación en su contra.
Al conocer el dictamen, los tres policías que resultaron beneficiados se mostraron contentos por el fallo y se fundieron en abrazos para celebrar, para luego hacer lo propio con sus abogados defensores Leonardo Villalba y Laura Reus.
Se estima que, cuando conozcan los fundamentos de la sentencia, los fiscales acudirán al Tribunal de Impugnación para protestar por la resolución que a su parecer sería injusta.
FUENTE: Tiempo de San Juan
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